Volver, con la frente encendida.

Hay invitaciones que son irresistibles, que nos dejan tecleando y nos movilizan en un punto tan interior que lo sabemos sincero.

De nuevo por aquí, declaro la revitalización de este espacio para brindarme, darme y reconocerme a mí misma en la palabra, descubrir nuevos aprendizajes, verme haciendo, construyendo puentes, expandiéndome en los hermanos de la vida.

Tejer redes de aprendizajes en línea ha sido en la primera etapa una suma de acciones permanentes, intensa y que me ha dejado por la mitad. Junté en el camino a dos buenos amigos, los que aquí nombro: Lorelí  y Arnaldo (pueden acceder al cierre de su primer ciclo en esta jugosísima entrada de mi amiga y en ese trabajo del caballero de la buena palabra). Imaginarlos plasmados para siempre en sus blogs es volver a enamorarnos de un ciclo de diálogos expandidos, de oportunidades de encuentros, de charlas latentes, de espejos diáfanos, ufanos, humanos. No puedo dejar de mencionar al resto de mis habitués: Sergio, Liliana, Nilda, Francisco: mi primera cosecha. En algunos casos ese gusto, esa vocación por acercarme a sentirlos en su ánimo, en las inquietudes. Muchas veces en el reconocimiento de ese otro. Sin lugar a dudas, quiero ahora sembrar con renovadas expectativas.

En una de las instancias TRAL ofrecí un concepto que algunos les gusta: la idea de un viaje, la aventura y la composición personal de un héroe en este recorrido que nos propone este particular MOOC abierto. En ese primer  viaje pensé en las etapas iniciales del periplo. Ahora me queda la vuelta: pensar en todos los elementos, completar la incompletez, ese sentimiento que como buenos humanos andamos siendo a diario.

Qué aprendo me decía, por qué sigo eligiendo aprender en línea. Puedo responder que aprendo a pensar y decir. No busco un acercamiento disciplinar, «contenidista»: me ofrezco al acercamiento humano, quizá ver el revés de la trama, ver el sentido del otro lado, de qué nos pasa cuando estamos sentado frente a una pantalla. Mi elección es mirarnos como seres aprendientes, que si bien desarrollamos -en muchos casos- una profesión luminosamente generosa no dejamos nunca de ser los incesantes exploradores, los dobles de riesgos / el simple  del vivir. 

No sé bien qué me espera, ahora como parte del equipo facilitador diré que quiero caminar otro tramo del camino. Si deseo hacer votos, voto por  la continuación de una narrativa digital perpetuada para colectar los fragmentos que vamos siendo cuando aprendemos conectados.

Dios los bendiga en buenos momentos y mejores prácticas.

Natacha.

Domingo Benigno: antídoto a la soledad.

Días pasados había hecho referencia a los experimentos. Y es ahora el momento en el cual me propongo escribir sobre ellos. Esos que surgen cuando alguien tiene ganas de reemplazar alguna carencia. O cuando uno se anima a lo diferente. O cuando impulsivo y desordenado sale al exterior, dispuesto a encontrarse. Encontrar al otro. Para luego encontrarse a sí mismo. (Elija usted mismo)

Se me ocurre que para que haya un experimento debe haber una hipótesis, un laboratorio y un buscador. O, por el contrario, puede no haber una intención manifiesta o consciente, ni espacio prefijado y ni elementos premeditados y, súbitamente, sin quererlo, sin buscarlo,  uno hace un descubrimiento. Con mi computadora defectuosa, el sábado extrañamos la sincrónica de sábado de Tejiendo Redes de Aprendizajes…(estoy en una difícil conviencia, sin espacio en el disco y sin micrófono, averías de mis navegaciones) En fin. Decir algo en la comunidad nunca es un sonido perdido. Siempre hay alguien a la espera o en la escucha… Allí estaban +NancyMorales, +lulabej Rmn y +Alejandra Cippitelli : pensamos  que habría que juntarnos. +Elisabeth Correa, también pensó que valía la propuesta. A nuestro modo, con lo que contábamos, quiénes quisieran. Libertad. Disponibilidad. Voluntad. (condimentos de toda saludable iniciativa)

Llegó el domingo, un desayuno de sonrisas. Nos juntamos gente de naturaleza de domingo, los de otaku. El que se levanta temprano, se va al barcito y dialoga. O tiene ganas de ser en el todo.

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Ahora mis conclusiones.

1. one. Uno mismo. Si nos definimos con el otro, no podemos dejar de estar con el otro. Una comunidad nos define, nos proyecta como un foco a nuestras espaldas… La gracia es no volver a transitar los mismos caminos, ni volver sobre nuestros pasos o por las huellas marcadas. La gracia está en la generosa presencia del que anima, del que sabe escuchar y puede dar una mano para encontrar un Norte -o un Sur, me gusta más 😉 -. Quiero pensar que la persona verdaderamente involucrada en la red que aprende, quiere compensarse a sí misma, quererse, sentir que el tiempo invertido generará sus frutos. Que si bien hoy no sabe bien qué, hay promesa de que lo que haga más adelante será extraordinariamente  bueno.

2. dois. Uno más otro. Yo no creo en las diferencias. Creo en las constituciones especiales. Creo en que cada experiencia, saber, voluntad es única. Creo que si empezamos a ser sharistas no debemos olvidar que cada uno siempre algo aporta, que acá todos somos iguales en tanto deseamos, pergeñamos, andamos en las búsquedas, queremos  tralear. Pienso que del encuentro con el otro uno puede verse a sí mismo:  responderse quién es, qué quiere, cómo lo quiere, por qué, hasta dónde. Y con quiénes. Es que son tiempos de mesas compartidas, con gente de boca, oído y corazón abiertos. Juntos, aunque suene cursi, sí vamos a la felicidad.

3. trois. El que no habla ni escucha. El tú. Si alguna vez, cayera en la presunción de que estoy lejana, deseo que haya  un rescatista…

Los proyectos mueven el mundo. Las diminutas ideas que alguna vez le dijimos al pasar  a un buen escuchador, más un tiempo y un compromiso en esta nueva etapa de buenas razones nos harán sonreir. Ya lo verán.  Que no decaiga. ¿Cómo lo ven?

 

Agrego: en mi entrada anterior pueden ver los resultados de la encuesta de algunos que están en tral…

Experimenta tral hic et nunc. -o haz tu propio test-

Hace unos días, en mi entrada anterior,  les hablaba del otaku, un sindrome, un estado, un bien-estar. Y viendo que conocí en este período inicial, como he dado en llamarlo, a varias personas por sus palabras y que ciertamente las palabras me tienen a estas altas horas de la noche ( 03.09 a.m)  leyéndolos y pensando en ésto que nos pasa, se me ocurrió preguntarles a los merodadores o noctámbulos si andan así como yo…Bajo la excusa de la encuesta, miren con todo el tendido de redes con el que me encontré al pensar en TRAL 2013.

¿Se animan, a ver qué hicimos con nuestro tiempo, nuestras vidas, nuestras experiencias desde que somo otaku tral? Votá aquí:

Ah, me olvidaba: ¡buenos sueños!

En estado de Otaku.

Nota de la editora-

Cada uno tiene sus semanas. Esta fue la de un experimento. Digamos que la cosa fue así: tuve poco tiempo para sentarme  a alimentar la máquina tral desde mi humilde aporte. Asique cuando me tomaba mis cinco minutos, me ponía detrás de las ventanas y veía qué pasaba. Cómo siempre, vi a mucha gente hiperactiva, un grupo bastante cohesionado. Otras voces, esporádicas y que pocos retoman. Y yo. El experimento fue: cómo hacerme visible cuando ando invisible o mediante quiénes me hago presente. Qué tan sólidos pueden resultar las consideraciones cuando uno no va a la búsqueda, cuando no explicita que toma la palabra del otro, que ha pasado por algunos lugares, que ha estado en silencio pero estando presente. ¿Les cuento el resultado? ¿Me siguen  hasta el final?

1. En la semana, pensé un poco en la propuesta 5 de TRAL. Y si bien se trata de reflexionar sobre una red de vida lo que se nos propone, porque en definitiva, lo profesional nos dibuja la vida,  no pude sustraerme a mis andanzas webianas.

Asique pensándolo bien esto es el producto de una etapa muy particular de mis vivencias  como creo les debe suceder a todos. Ando en una cornisa de movimientos profesionales cuyos derivados puedo hacer y otros son los deseables.  Lo llamativo es que pensé más en la red virtual que en la real. Otra vez repito, la fuerza de la web.

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2. Días pasados estuve leyendo la reseña de un tal Seth Godin – y lo extraño es que llegué a él por una ruta paralela, tan paralela que horas después lo conocí por el aporte de TRAL- Nuestro especialista sostiene que esta época se caracteriza por la presencia del consumidor post-consumo saturado de ofertas y aboga por  “el arte de construir cosas en las que vale la pena fijarse, de las que vale la pena hablar”. Asique me puse a escudriñar en mis redes quiénes son los esmerados en ese marketing extraordinario del que todos hablan, o al que se va, ¿seducidos, quizá; atraídos o admirantes? La extraordinaria conclusión fue que aquellos que tienen presencia es porque están en la candela, no en el ojo de la tormenta, sí copando las redes, haciéndose presentes tomando a los otros, recuperándolos. Y ese es el motivo de la salud de la red: la irrigación.

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¿Y a qué viene esta cuestión del silencio y la escucha, la interacción  y el Otaku?

 3. “Otaku” es una palabra japonesa para definir algo que es más que un hobby y menos que una obsesión. Yo diría que el otaku es necesario para vivir. A su vez, que resultemos interesantes no es cuestión de ser raro, se trata de ser irresistible para  al menos una minoría, los que a su vez son retrasmisores,  de tener otaku ( eso vi esta semana entre muchos tejedores de red de aprendizajes ). Por otra parte quien vive con/ en Otaku  no  necesariamente tiene una sobrecarga de tareas, sino más bien que  hace lo que ama, con pasión, con garra, con bríos. Repito, ahora, a viva voz: eso observé en varios de mis colegas. Mucha gente con síndrome de otaku. 

Por mi parte, en esta etapa estoy con ganas de elaborar proyectos. Porque ocuparse de ellos nos habla de futuro, nos interpela en el presente y nos indaga sobre el pasado, aunque a mí poco me importa ya que creo que el valor que tenemos es lo latente, lo potencial, eso que va a venir porque nosotros lo procuraremos. El diseño de la red profesional en mi caso me indujo al concepto de cambiar la visión en realidad.

Navegar por los blogs de algunos colegas que hacen esta experiencia de intercambio me invitó a preguntarme cuánto me importa lo que digo que me importa o cuánto de lo que no me importa. También no sé por qué extraña razón concluí  que lo aburrido conduce al fracaso. Y que para sortear este obstáculo el remedio es ponerle pilas a un proyecto:  nos mantiene en movimiento, nos lleva y nos trae en ideas en inquietudes. 

llegar

Colofón

 Zig Ziglar, enunció un lema atractivo que nos viene de perlas.  Las metas son AMORES, un acrónimo que significa lo siguiente: Tener metas supone pensar , primero en la A” de que sean Alcanzables, segundo en  “M” de Medibles. -podemos medir el progreso realizado hasta su logro-, tercero en  “O” de Oportunas. -adaptadas a nuestro estilo de vida y resultar oportunas al mismo, cuarto en  “R” de Realistas. – oportunidad de ser alcanzada aderezada con la creencia firme de que lo logrará- y quinto “ES” de Específicas. 

Como creo en el amor y en las metas, y detrás de las ventanas vi un esbozo  de amor con el calor de las pasiones, me definí por generar, empezar. Necesito con urgencia un  Proyecto. Tengo dos opciones: sola, con riesgo de aburrirme y aislarme o con ustedes,   las personas de mi red, con un serio riesgo de acompañar, alentar, calentar los motores, aportar leña e incendiarnos en la pasión por hacer con y de la mano. Es un experimento. 

 ¿Vienen? ¿Vamos?

Hagamos el experimento. Otaku tral.

Ya juntamos mucho.

(Y thanks a lot por visibilizarme en el silencio Lorelí, Sergio y  Nancy! Son de naturaleza otaku)

¿y si probamos ser diferentes?

A) Sobre el paso a la etapa cinco y mi APA profesional.

Como me gusta salirme un poco de lo esperable,  escribo esta entrada, a mi modo, si bien caprichosa no menos auténtica. Decidí que no iba a poner  ningún esquema -como tampoco he puesto insignias porque lo que escribo no  quiero «ganarlo» o «conquistarlo»:  quiero simplemente hacerlo porque sí, sin promesas, sin premios-.

Con el resto de los  que andamos traleando estos días estuvimos meditando sobre la  fotografía que capturamos cuando uno piensa en este presente y su red de relaciones profesionales. Hice mentalmente mi esbozo y concluí en una revelación:

  • aquella gente con la cual mantengo una relación face to face  por estar implicada en la labor que realizo, casi no intercambia conmigo más que las palabras del vivo y directo, en los espacios en «los que la labor nos convoca»,
  • las personas que están más lejos espacialmente, a quienes no conozco y -lo diré de un modo bien sensorial- que  no sé a qué huelen (si sé de su tono de voz, y de su gestualidad)  siento que de ellas puedo aprender más. Tienen un potencial exponencial e inimaginado a veces. En especial porque la huella digital que han ido dejando me permite reconstruirlos en la totalidad de su pensamiento: notar su devenir,  tomar lo que quiero. Yo los elijo de un modo más activo: cuando quiero y como quiero. Y es aprender y también  interactuar
  • Cierto es que el aprendizaje se logra cuando hay feedback, cuando uno instaura al otro a través de la palabra, especialmente. Y que una red profesional se alimenta justamente cuando emisor y receptor  variabilizan  sus roles. 

No hay mejor aprendizaje que sentir en el propio cuerpo la experiencia. Les cuento lo que me pasó  respecto de esta cosa tan buena que es aprender mediatizando la tecnología.  Participé hace un tiempo en una sesión en Línea de la ponencia del profesor George Siemens: él estaba en su país, los moderadores en Perú, y yo en este sur continental. El profesor hizo su ponencia y yo desde mi modesta computadora junto a otros inimaginables seguimos  su exposición hasta que en el momento de formular preguntas,  me permitieron hacer dos preguntas que me apremiaban, las que  necesitaba explicitar y lo que es mejor: obtener una respuesta. Lo insólito fue que por primera vez asistía a un «intercambio» con un académico, un generador de discursividades in situ, aspecto que nunca antes me hubiera imaginado. Qué sería hoy tenerla disponible mediante un Hangout o via sesión on line a  Hanna Arent  o a  Martín Luther King o a Mahatma Gandhi o a Vigotsky o a  Nelson Mandela o a la madre Teresa o al Ché Guevara o al Perito Moreno o a Arturo Ilia o a Charles Darwin, o a  Ernest Shacketon o  a Leonardo Da Vinci.. y  del contacto con esa diversidad la generación de la experiencia del  aprendizaje… En fin… les decía: en este espacio muchas cosas son más posibles que en la presencialidad. Aunque resulte paradójico, porque resulta que las barreras son sólo aparentes.

Entonces, pienso… si aquí hay todo un mundo y es abierto, y es posible de retroalimentar , ¿qué estamos esperando para animarnos, para generar, para ser originales, para ser creativos, para hacer una revolución doméstica?

B)  Sobre los hangouts,

Esta semana @nancito hizo una propuesta, varios adhirieron. Entre la dosis de riesgo y aventura ahí hoy hay dos testimonios que marcan nuestra historia. Y lo más llamativo es que todo se hizo desde el ímpetu y la propia voluntad. Siempre hay alguien que dá el primer paso y otros que se animan o animan al todo. Así, hoy en TRAL ya dejamos de ser meramente texto, para ser voz e imagen; más presencia: ahora es el cuerpo el que también habla de nosotros con estos medios digitales. Y todo horizontal.

Entonces, para terminar quiero decir sobre qué andamos haciendo en TRAL. Estuve pensando que  (tanto usted, estimado lector,  como yo)  somos un laboratorio vivo, estamos en la experimentación permanente. Somos co-fundadores y hacemos engagement en las redes sociales. La idea fue ajena, pero las bases somos nosotros. Asique habría ir pensando qué hacemos con ésto.

TRAL es liquidez ecuménica.

La felicidad se alcanza cuando lo que uno piensa, lo que uno siente y lo que uno hace están en armonía, decía  Gandhi  y  quién no busca la felicidad.. En estos días me estoy preguntando qué me hace feliz o si en todo caso Tejiendo Redes de Aprendizaje en Línea -TRAL- aporta a mi felicidad. La respuesta fue que me tiene en un estado de liquidez.

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Y quizá tuve esa respuesta porque días pasados conversamos con un grupo de gente querida sobre la denominada oralidad líquida y no pude desprenderlo de lo que sucede también en este taller, en ese día y en mi íntima reflexión. Así conecté tres sentido: lo que dije, lo que pensé y lo que sentí. Aquí voy a profundizarlo un poquito más.

Zigmunt Bauman -filósofo , autor de  Modernidad Líquida(1999)-  refiere:

«En el lenguaje simple, todas estas características de los fluidos implican que los líquidos, a diferencia de los sólidos, no conservan fácilmente su forma. Los fluidos, por así decirlo, no se fijan al espacio ni se atan al tiempo. En tanto los sólidos tienen una clara dimensión espacial, pero neutralizan el impacto –y disminuyen la significación- del tiempo (resisten efectivamente su flujo o lo vuelven irrelevante), los fluidos no conservan una forma durante mucho tiempo y están constantemente dispuestos (y proclives) a cambiarla; por consiguiente, para ellos lo que cuenta es el flujo del tiempo más que el espacio que pueden ocupar… En cierto sentido, los sólidos cancelan el tiempo; para los líquidos, por el contrario, lo que importa es el tiempo… Estas razones justifican que consideremos que la “fluidez” o la “liquidez” son metáforas adecuadas para aprehender la naturaleza de la fase actual –en muchos sentidos nueva- de la historia de la modernidad».

Quería invitarlos a  que reflexionemos sobre estos puntos:

¿Acaso no somos todos diferentes, tan distintos (cada cuál profesando su  propia religión -status quo, saberes y certezas adquiridas-) que aún en nuestras diferencias nos reconocemos en este medio digital tan líquido y tan empírico?

¿Acaso no estamos desprendidos del tiempo y del espacio , cuando cada uno desde un lugar y un momento ( su propio tiempo) se sostiene en la participación y teje desde ella?

¿Acaso no estamos en constante mutación, transformándonos en esta experiencia que nos atraviesa, nos inflama, nos hincha de nuevas miradas y perspectivas de  otros y nuevos  aprendizajes, otros sentires?

¿Acaso  no nos sentimos diferentes luego de cada intercambio, cada lectura, cada video, cada experiencia aportada por tantas aguas turbulentas o tanta infoxificación a los que aportamos  en esta red que expandimos?

¿Acaso son somos como un río, que sabemos que estamos, pero en un devenir, en la constancia del cambio en intensa la mutabilidad?

Caudal poderosísimo.

Cuarto creciente, alta marea.

Abundancia. Oportunidad.

Se vislumbra mucha pesca.

¿Reforzamos  las redes?

Digamos que cada uno es un héroe.

Según lo que leo de mi tweedeck en la tarde del día que se va, Dolors  Reig estuvo en  Buenos Aires conversando con otros especialistas sobre Educación y Tecnologías. Entres otras  visiones  muy interesantes postuló que «las tic nos aumentan, pueden  convertirnos en superhéroes o villanos». Supongo que lo estaría diciendo en cómo podemos apropiarnos de la tecnología al modo de la antigua espada mágica para accionar en nuestras vidas: si para salvarnos o salvar al otro; para  tener ciertos actos de arrojos, de generosidad  o de vileza y egoísmos.

En otro sentido, y  mucho más en los márgenes ( el mío, no se me malinterprete), hace dos días pensaba en el ámbito de TRAL que  quienes estamos en el taller podemos también asumirnos en  un periplo, uno especial, el del héroe que  todos podemos ser. Y de aquí la razón de la entrada, porque estamos conectando un uso simbólico  por ficcional con un  rasgo plenamente real de lo que estamos viviendo. Quiero conectar cómo estoy aprendiendo a verme como esa aprendiz eterna que sé que soy con la heroína ( o héroe) que todos podemos ser, sin ánimo de presumir. Seguramente ni Carl Jung, Joseph Campbell o Chris Vogler imaginaron que el patrón narrativo de las primegenias narraciones hoy alguien como uno estaría dándole uso en relación con esta experiencia de   estar en  las aguas de  la web o si se me permite, la virtualidad.

Digamos que juntos estamos haciendo un viaje. Digamos que es preciso atravesar 12 estadios para volver re-nacidos o resucitados como he mencionado en otros lugares  interespaciales.

Hoy me visualizo  y los veo en las siguiente siete fases:

1. El mundo ordinario. Es el mundo habitual, nuestras normalidades, los ambientes que frecuentamos. Lo  que somos antes de comenzar. En algunos casos las tecnologías, las aulas, los colegas, los estudios que vinimos gestionando, los currículos, los diagnósticos, las planificaciones. Hasta la polaridad entre lo deseable y lo dado, que tironea ocasionando insatisfacción, deseos de búsquedas y encuentros pero también de quietud y confort.

2. La llamada a la aventura. Se nos presentó un desafío: empezar a integrarnos, tener la experiencia de «estudiar», «aprender», «hacer algo en la web» con otros colegas.

3. El rechazo  de la llamada: Principalmente por miedo a no llegar a la meta, por temor a no alcanzar el final que se propone, creímos que  ser parte de TRAL sería abandonar a mitad de camino, tuvimos inseguridades, incertezas, temores.

4. El encuentro con el mentor. Todos tenemos siempre alguien a quien agradecer. Todos tenemos un compañero, o una voz, una sola que fue lo suficientemente valiosa para alentarnos a no desistir, a cumplir con las etapas. (Yo tengo el mío, cuando llegue al final, haré mi público reconocimiento). A veces sucede que no sabemos del verdadero peso de las  palabras, pero que ellas logran cambiar la quietud por el movimiento , es verdad.

5. El cruce del umbral:  Cuando se abandona el mundo ordinario, se reconocen nuevos valores, otros escenarios, otras emociones, nuevos aprendizajes cuando ya uno empezó a ingresar al sentido de TRAL. Cuando un tralerista consigue alcanzar su primer nivel, sabe que no hay retorno. Y menos, cuando tiene un blog, y al menos, un interlocutor, remoto y desconocido que lo instaura con su lectura.

6. Las pruebas, los aliados y enemigos:  Enfrentarse a la prueba de saberse en la capacidad de ser un nodo que se dinamiza en otros,  vencer al principal enemigo que la urgencia del día a día, el tiempo, tan medible y tan escaso, la sobreabundancia, los silencios,  lo incierto: brumas. Todo supone y exige de aliados. Es el famoso acompañamiento situado. Porque en esto no se puede estar solo. Se es un héroe acá con otros. Por un lado; las condiciones de la experiencia tralera que indica que cada uno asume su viaje según sus propios tiempos y según la génesis de cada uno;  que  existen múltiples formas de acceder a lo que entre todos gestamos, que es abierto, multimodal y de libre y entera disposición para el abordaje, son suficientes aliados de los héroes que empezamos a ser.

7. Acercamiento a la cueva interior.  El héroe y sus nuevos aliados , los círculos de la comunidad, los oyentes de los blogs, los participantes de las sesiones en línea, empiezan a sentirse reconocidos unos en otros, estrechamos nuestros lazos y nos preparamos para un gran desafío.

Las  instancias que siguen son promesa. Las que vendrán las relataré cuando las atraviese.

Creo que juntos estamos por acá y cada uno va haciendo suyo un camino, un periplo surcado de un sinfín de variantes.

Si acá somos héroes, como lo somos en la vida, es porque  podemos comunicarnos, aprender  y participar  (con) otros desde la esencia de cada uno. Que acá, por lo que parece es de generosidad.

Amén.

¿Y ustedes, cómo lo llevan al periplo, héroes de su historia TRAL? ¿Cuál su etapa AT y DT?

de CenTRALidades y márgenes.

En  Tejiendo Redes de Aprendizaje en Línea soy un mínimo nodo, podría pensarme en los bordes, en los extremos. La pretensión solamente es verme por dónde ir para aprender más y de otros.

En la etapa 3 de este taller, seguimos pensándonos juntos.

Esta vez, opté por tomarme, desde mi misma marginalidad para ver qué es lo que dice mi vocecita en referencia a este maremoto que trato de surfear.

Para ver el trabajo, cliqueá en la imagen o en este link.

para ingresar a mi tacck

Por supuesto, si estás en la cresta de la ola, o debajo de ella, te espero en comentarios para que podamos disfrutarlo juntos.

La pequeña visión de un Gigante.

Como soy locuaz cuando estoy bien, y en estos días vengo un poco debilitada seré breve. Este diario indudablemente registra que somos personas, que estamos sujetos a imprevistos, avatares y situaciones que nos descubren a veces en un terreno insospechado o pantanoso ( prometo remontarme, camaradas)

La intención de esta entrada es exponer la  autoevaluación de esta etapa de ir juntos  ( ¿a la par?) que implica TRAL. 

Sin obviar el detalle cotidiano de esta etapa I y sincerarme la actividad en la comunidad ha sido en estos días atronadora. En la escasez de tiempo no me quedó otra opción que cliquear sin elegir para azarosamente leer a los compañeros de la Comunidad. Juntos a la par, esta vez me significó asomarme, avanzar sobre una hoja de ruta un poco averiada. ¿Quién dijo que aquello que planeamos iba a ir como lo deseamos? Pienso que ésto también forma parte del APA, dado  por tiempos adaptados, por caminos imprevistos, por lugares a los que llegamos a veces por  «casualidad». Y resulta que de allí, siempre algo sumamos.

Lo cierto es que estoy aquí viéndome a mí misma sobre el qué me ocurrió en el mientras tanto.

Decía que TRAL esta vez me pareció un gigante, pero no un dios de las maldades, sino uno de representación poderosa y sabia.  Y yo,  la pequeña visitante de este gigante. 

Declaro inmediatamente que voy a ser una especie de Cronos…Es que tengo un hambre desenfrenado de lo único que  es inasible, que es lo irrecuperable: el tiempo. Tral es tan incesante como las horas, lector.

  • Mayor logro:

                avanzar a partir de pensarme en mis redes de relaciones en la cuales y de las cuales Aprendo.

  • Aprendí que antes no sabía:

                                                 que juntos traccionamos,

                                           que somos una marea de luna creciente.

  • Me sorprendió:

                                    el gigante no egoísta que es TRAL.

  • Nuevas oportunidades:

                recuperar el valor de los recorridos,  reconocer y explicitar las fuentes, en la espera de la oportunidad de  aprender.

  • Bonus track, dedicado a mis camaradas traleristas: 

Aparición en la vida de otros

Hacer memoria, en pleno siglo XXI significa reparar en las huellas digitales que vamos marcando.  En estos días miré un poco para atrás, a riesgo de convertirme en Edith, y más que todo toqueté el  teclado con la certeza de ver dónde estoy.. En fin, encontré, pero no quiero profundizar en tales marcas por estrictos motivos personales. Eso, sí:  la gráfica de lo que tengo encima, como «aparición» a la luz o en penumbras de aquellos con los cuales aprendí algo, es ésta.Imagen

Para aclarar: cuando digo #TRAL, los nombro a todos 🙂

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