Hacer memoria, en pleno siglo XXI significa reparar en las huellas digitales que vamos marcando. En estos días miré un poco para atrás, a riesgo de convertirme en Edith, y más que todo toqueté el teclado con la certeza de ver dónde estoy.. En fin, encontré, pero no quiero profundizar en tales marcas por estrictos motivos personales. Eso, sí: la gráfica de lo que tengo encima, como «aparición» a la luz o en penumbras de aquellos con los cuales aprendí algo, es ésta.
Para aclarar: cuando digo #TRAL, los nombro a todos 🙂
fosforitos para encendernos 
¡Hola Natacha! Al leerte y tratar de descubrir cosas en esta representación que nos compartes, recordé a una profesora de la carrera, que nos decía que somos el conjunto de personas que pasaron por nuestras vidas… algo guardamos de ellas. Nos hizo palpar ese «ser plastinoso» que es el ser humano, que poseemos cierta indefinición. Ahora me queda mucho más clara la importancia del contexto sociohistórico. Así que es inevitable, y yo diría digno de salud, que APArezcan referencias a personas, a la ideología, a la Vida, a Dios… traté también de imaginarme esa red de historias… ¿conoces «Constelaciones familiares»? Bueno, ya estoy brincando a otro tema. Nuestra compañera Esther Aguilar quizá nos pueda ayudar.
Saludos y de nuevo un gusto leerte, gracias por compartir estos trazos-pistas.
Lorelí